La cumbre del G7 reveló la creciente tensión entre la primera ministra italiana Giorgia Meloni y el presidente francés Emmanuel Macron, marcada por un enfrentamiento sobre el derecho al aborto. La discordia se evidenció durante la cena de líderes en el Castello Svevo de Bari, donde un frío saludo entre ambos líderes subrayó la tirante relación.

Meloni y Macron están en desacuerdo sobre la gobernanza de la Unión Europea (UE), acentuado tras las recientes elecciones europeas. Meloni, fortalecida políticamente, se opone a Macron, quien enfrenta elecciones legislativas anticipadas tras una derrota ante la ultraderecha francesa.

La controversia sobre el aborto se intensificó cuando Meloni logró suprimir una referencia al derecho al aborto en la declaración final del G7, pese a la resistencia de Estados Unidos, Francia, Canadá y la UE. Estos países abogaban por mantener la redacción de la cumbre de Hiroshima 2023, que garantizaba “el acceso al aborto seguro y legal y a los servicios de atención posaborto”.

Macron defendió la postura francesa en una conferencia de prensa, lamentando la falta de acuerdo y resaltando la inclusión del derecho al aborto en la Constitución de Francia. Meloni respondió acusando a Macron de “hacer campaña utilizando un foro valioso como el G7” antes de las elecciones francesas.

Este incidente diplomático refuerza la tensión entre ambos líderes, afectando las negociaciones dentro de la UE para altos cargos en la Comisión y el Consejo Europeo. Meloni espera que el éxito de la extrema derecha en Francia debilite aún más a Macron en los próximos tres años, prolongando la confrontación entre ambos.