El Ministerio de Defensa se acerca a una decisión crucial para el futuro de la Fuerza Aérea del Perú (FAP). Con un presupuesto límite de 3,500 millones de dólares, las nuevas autoridades del sector consideran que la propuesta de Estados Unidos para adquirir el F-16 Block 70-72 es hoy la opción más viable.

Las recientes compras regionales, como la adquisición colombiana de los Gripen E/F por más de 3,650 millones de dólares, y el elevado costo del Rafale francés han redefinido por completo el escenario técnico, económico y geopolítico sobre el que se construye la evaluación peruana.

El impacto de la operación colombiana ha sido inmediato en la región. Con un precio por unidad cercano a los 215 millones de dólares, Colombia solo podrá operar 17 aeronaves pese a contar con un presupuesto similar al peruano. Ese hito, sumado a la ensambladora brasileña que concentra la producción del Gripen para Latinoamérica, encendió alertas dentro de la FAP sobre posibles vulnerabilidades estratégicas derivadas de depender de un país vecino para mantenimiento y soporte. Mientras tanto, el Rafale francés quedó prácticamente descartado debido a un costo por avión que supera los 250 millones de dólares y un gasto operativo que el Perú no está en condiciones de asumir.

En paralelo, la propuesta estadounidense ha ganado terreno en la evaluación formal del MINDEF. Washington ofreció un paquete inicial de 12 F-16 Block 70-72, ampliable a 24 unidades, equipadas con radar AESA APG-83, cabina digital modernizada y sistemas de seguridad automatizados propios de plataformas de última generación.

Representantes de Lockheed Martin han mantenido reuniones constantes con autoridades peruanas, lo que confirma la seriedad del ofrecimiento. Fuentes del sector indican además que el caza coreano KF-21, incluido inicialmente en exploraciones previas, ya no forma parte del análisis que se desarrolla bajo la nueva administración.

La necesidad de renovación es urgente. La FAP opera actualmente Mirage 2000 y MiG-29 que han alcanzado sus límites de vida útil y capacidades frente al escenario regional. Los Mirage, adquiridos en los años 80, ya no mantienen ventajas tecnológicas frente a los cazas modernos de los países vecinos, mientras que los MiG-29 enfrentan problemas de abastecimiento y mantenimiento, agravados por la dependencia de repuestos rusos. La obsolescencia simultánea de ambas flotas obliga al Perú a concretar un reemplazo sin más dilaciones.

Con un nuevo gobierno, un renovado mando militar y un Ministerio de Defensa decidido a transparentar el proceso, el país se acerca a una definición que marcará su poder aéreo durante las próximas décadas. La elección entre Gripen, Rafale y F-16 ha quedado determinada por costos, accesibilidad tecnológica y sostenibilidad operativa. En ese contexto, el F-16 Block 70-72 se perfila como la alternativa más realista para asegurar la capacidad de defensa aérea nacional.