Por Alfredo Ghersi, bachiller en Derecho
Publicado en El Reporte
Hace poco escuché a un periodista quejándose sobre porque hay tanta gente de derecha en la juventud. A lo largo de sus declaraciones, este periodista explicaba que, durante su propia juventud, lo normal era ser progresista, revolucionario y de izquierdas.
Quizás, lo que falló en el análisis de este periodista es entender que el motivo por el cual la derecha está volviéndose tan popular entre los jóvenes de esta generación es porque nosotros hemos sido criados en un contexto completamente distinto al que él fue criado.
Hoy en día, la mayoría de la educación ha sido conquistada por la izquierda, quien adoctrina con posturas bastante extremas a millones de niños en todo el mundo desde hace muchos años. De este sentido, en nuestra generación hemos estado constantemente expuestos a ideas de izquierda a lo largo de todas nuestras vidas.
Esta tendencia se suele aplicar tanto a la educación escolar como universitaria y en el sector público y privado, en todo el mundo.
De esta manera a muchos de nuestra generación nos quieren vender la idea de que ser de derecha es per se inmoral, o algo que debería darnos vergüenza. Cuantos profesores existen que equiparan el conservadurismo con el primitivismo o el liberalismo económico con el fascismo.
Después, existe una sobre simplificación de temas políticos y técnicos de muy alta complejidad, que es alimentada a menores de edad y jóvenes que no tienen ningún tipo de preparación para contradecir a sus profesores.
Hay menores de edad a los que se les dice que los blancos son inmorales, que tener dinero es malo, que el capitalismo es injusto, que el mundo se va a acabar por el calentamiento global en 40 años, entre muchos otros temas.
Es innegable que hay mucha gente que crece bajo esta ideología y no termina cuestionándola nunca en su vida. Sin embargo, a muchos de los miembros de mi generación esto nos genera gran indignación y nos lleva a querer investigar de manera autodidáctica para ver si es que existen otras posturas válidas respecto a estos temas.
Mejor dicho, esta curiosidad y deseo de poder contradecir a nuestros profesores es lo que incentiva a muchos a poder empaparse y dominar estos temas.
Por eso, muchos de nosotros terminamos identificados con algunas posturas de derecha, como el respeto al libre mercado, la soberanía del prójimo como el fin da la sociedad, el conservadurismo en ciertos temas sociales, el rechazo de la política identitaria y del discurso progresista.
En cambio, en el pasado la educación era completamente distinta. Por ejemplo, en el Perú la educación era bastante más religiosa y conservadora. La generación que creció durante la guerra fría creció en una época donde la izquierda todavía debatía si es que debían iniciar una lucha armada.
Mejor dicho, para esa generación lo novedoso era darle la contra al conservadurismo religioso, proponer reformas sociales, y crear un socialismo que sea menos violento. Digamos que fue en este momento, después de la caída del muro de Berlín, que el neo marxismo se terminó volviendo main stream.
Mi hipótesis central sería que cada generación es forjada en rechazo de la anterior. La juventud siempre quiere romper los esquemas de sus profesores. De esta forma, cuando uno es programado para pensar de cierta manera tiende a querer rebelarse.
Una generación conservadora educa a una progresista y, a su vez, una progresista educa a una conservadora.
Esto significa que la izquierda en su gran hibris no se ha dado cuenta que el adoctrinamiento descarado al que han sometido a muchas generaciones les va a terminar explotando en la cara, dado que al final del día habrían inspirado a miles de personas a abrazar las ideologías de derecha.
Estas tendencias se están empezando a sentir de a pocos, por ejemplo, en Argentina donde Javier Milei ha logrado captivar a muchísimos miembros de la juventud que sus posturas liberales antisistema. El auge de las ideas de derecha se está empezando a sentir y esto sin duda preocupa a la izquierda.
La única forma de poder romper el ciclo consiste en no querer adoctrinar a la juventud como siempre se ha hecho en el pasado, para que de esta manera los individuos de manera libre puedan ir formando sus propias convicciones políticas de manera autónoma.
Para solucionar este problema la sociedad debería buscar una educación apolítica, donde se separe la ideología subjetiva de los profesores de las materias cotidianas a la que están expuestos los niños de manera constante.
Esto significa que el motivo por el cual hoy hay tantos jóvenes de derecha es porque la izquierda nos educó, lo que debe servir como una lección para el futuro.
Fuente: CanalB
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