Opinión

El gran elector; por Fernando Calmell del Solar

Publicado el 28 de agosto de 2025

Por Fernando Calmell del Solar, publicado en Expreso

 

En la Edad Media, el “Gran Elector” era uno de un grupo selecto de príncipes y arzobispos del Sacro Imperio Romano Germánico que tenían el derecho exclusivo de elegir al Rey. Estas figuras, a menudo poderosos gobernantes territoriales, ostentaban un alto estatus y amplios privilegios, convirtiéndose en figuras clave en la política imperial alemana.


Y aunque parezca mentira, en temas electorales, parece que aquí, en nuestro Perú del año 2025, podría existir la figura del Gran Elector de la Edad Media, haciendo que nuestro voto no sirva para nada.


Lo que se ha destapado del partido político Podemos, de José Luna Gálvez, es la demostración de cómo un grupo, o mejor dicho una mafia, es la que decide, sin importarles la ley, quiénes pueden postular, obligándonos a votar por partidos y candidatos que directamente han comprado funcionarios para poder estar en la cédula electoral.


El partido de Pepe Luna, ojo, repartió billete como cancha a miembros del Consejo Nacional de la Magistratura para lograr controlar a la ONPE.


¿Qué bonito… no?


Todo se vende y todo se compra.

 

Si la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) es el organismo autónomo del sistema electoral peruano encargado de organizar, planificar y ejecutar los procesos de elecciones generales, regionales, municipales, de referéndum y consultas populares, ¿puede ser comprada?, ¿qué confianza podemos tener en los resultados de una elección?


Y después me preguntan por qué insisto tanto en el cambio de ciclo y por qué repito que el 80 % de los peruanos quiere una reforma total del sistema judicial. Este caso es la respuesta. Porque las elecciones dependen del sistema judicial. La ONPE y el JNE también dependen del sistema judicial, controlado por la mafia caviar.


Esta gente ha convertido al sistema en un mercado persa, una especie de Polvos Azules o La Cachina, donde se compran y se venden investigaciones, procesos, fallos y, en muchos casos, la persecución permanente y constante a todo aquel que no sea amigo de la mafia.


Se compran y se venden las inscripciones de los partidos, la conformación de las planchas presidenciales, los listados de candidatos al Congreso, pero también las tachas o la eliminación de afiliados a los partidos, como ha sucedido con el Partido Aprista, que descubrió que le habían eliminado 11 mil afiliados sin razón alguna.


Este gobierno se va, y seguramente quedará en la historia como un accidente político, pero tiene la oportunidad de ser recordado de manera positiva si decide, de una vez por todas, reformar todo el sistema judicial, para que en abril del año que viene podamos ir a votar, teniendo la confianza de que nuestro voto vale.


Los estudios demuestran que el 90 % del país quiere un cambio real. Ese cambio real solo es posible eliminando la mafia que controla el sistema judicial.


¿Qué esperan?

 

 

 

Fuente: CanalB

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