Por Aníbal Quiroga León, publicado en Perú21
“No hay duda que en los últimos 50 años se ha logrado una mayor identidad nacional. Pretender que no se puedan usar prendas con los símbolos nacionales (…) es otro absurdo que colisiona con la libertad…”.
El proyecto de reglamento de la Ley 32251, que pretende regular el uso de los símbolos patrios, obligaría a los medios de comunicación a transmitir las sagradas notas del himno nacional varias veces al día so pretexto de concientizarnos en el patriotismo, carece de asidero jurídico. No es constitucional y es un absoluto desbarro ministerial.
Nos hace retroceder a los años 70, cuando el gobierno militar ordenaba qué se debía escuchar, qué se debía ver y qué se debía recibir como información desde la “prensa parametrada” controlada por la entonces omnímoda Oficina Central de Información que el gobierno militar manejaba autoritariamente y donde se la pauteaba lo que diariamente se debía comunicar a la ciudadanía.
Nadie va a querer más a la patria porque cante a diario —con fervor o quedito— el himno nacional. Ya avanzado el primer cuarto del siglo XXI, el verdadero patriotismo se demuestra siendo un mejor profesional, un mejor trabajador, un mejor funcionario, atendiendo mejor y con honradez los servicios públicos, siendo buenos padres de familia, buenos profesores, buenos estudiantes y buenos hijos. En definitiva, siendo mejores ciudadanos.
Este intento “concientizador” es absolutamente desfasado. No deja de ser una “cosmovisión castrense” desde el Ministerio de Defensa, a cargo de un militar en retiro y rodeado de asesores militares en retiro, que quieren trasladarla a la sociedad democrática. Asumen que haciéndonos oír el himno nacional varias veces al día vamos a sentirnos con una mayor y mejor peruanidad.
También pretenden regular el uso de los símbolos patrios. En los 70 era imposible ver a ciudadanos con la camiseta de la Selección Nacional. No era fashion usar ropa con la bandera o el escudo nacional. Hoy es moneda corriente. No hay duda que en los últimos 50 años se ha logrado una mayor identidad nacional. Pretender que eso sea rígido, reglado por el Estado, que no se puedan usar prendas con los símbolos nacionales, salvo los diseñados por el Estado, es otro absurdo que colisiona con la libertad que resguarda la Constitución y atenta —además— con una emergente actividad comercial basada, precisamente, en la libertad contractual.
Estados Unidos es quizás el país más patriotero del mundo. Su himno nacional se entona con respeto, pero de muy diversas formas, hasta en versión rock, y nadie se rasga las vestiduras. Cadenas de hoteles y comercios ofrecen diversas prendas con toda su simbología nacionalista —escudo, lemas y bandera incluidos— y a nadie le da la tos por eso.
El maestro mexicano Fix-Zamudio enseñaba que para ser un buen ciudadano no se requiere tener un cargo público ni portar el uniforme de la patria. Se necesita usar el uniforme de la Constitución. En democracia se engrandece un país. Se avanza con libertades ciudadanas, con expansión de la economía, avance cultural y con desarrollo social, como lo logrado los últimos 30 años, justamente con el regreso a la democracia. Si bien a veces zarandeada, a veces adelgazada o a veces desconocida, pero al final de cuentas, ha estado firmemente presente entre nosotros.
Las ideas trasnochadas que exhibe este proyecto de reglamento castrense del himno nacional y símbolos patrios no tendrán ninguna viabilidad, sobre todo en el último año de un gobierno, el llamado “año del pato cojo”. ¿No sería mejor destinar sus más caros afanes en preparar eficientemente las cruciales elecciones de 2026? ¡Qué mira televidente! ¿Quiere que le regale una foto del ministro….?
Fuente: CanalB
La Fiscalía Especializada en…
El Tribunal Constitucional (TC)…
El presidente Donald Trump anunció…
Durante una entrevista en el…
El especialista Óscar Barrena…