Por Juan Carlos Liendo O'Connor, publicado en liendooconnor.com
Con poco temor a error es posible afirmar que la ceremonia de recepción ofrecida por el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, a la mandataria Dina Boluarte, fue la más ostentosa y respetuosa que haya recibido algún mandatario peruano en su historia.
Consecuente con los fundamentos de la proyección del poder chino sobre la base de la grandiosidad de su riqueza económica y la majestuosidad de su cultura, la ceremonia en mención tiene un impacto muy potente y poco mencionado en el inconsciente colectivo barroco de todos los peruanos.
Luego de la ceremonia, ambos presidentes se reunieron en el “Gran Salón del Pueblo” de Beijing, donde expresaron recíprocos saludos de profundo contenido político que parecen pasar desapercibidos localmente. Xi Jinping se refirió a la arraigada historia de amistad entre China y Perú destacando “con mucho aprecio” la unánime aprobación del Congreso Peruano del 5 de junio último donde se señala como “Día de la Amistad Peruano – China” al 1 de febrero.
Luego de mencionar las expectativas económicas y tecnológicas de China sobre los acuerdos con Perú, el mandatario hizo referencia al valor y vigencia histórica de las civilizaciones China e Inca y a su influencia en el sur global y como la sabiduría de estas culturas mantienen significativa relevancia continental. Por el lado peruano, la intervención fue corta y precisa manifestando se adhesión al principio de “una sola China”.
El mensaje es mayúsculo, China, potencia hegemónica emergente y en crecimiento del Asia Pacífico visualiza a Perú como elemento clave de la proyección geopolítica de su poder global en América del Sur. La aproximación también es económica, cultural y social desafiando la estructura de balance de poder regional bajo influencia hegemónica de los EE.UU. aún.
La presencia del portaviones George Washington en el Callao también constituye un mensaje, que quizá nuestra presidente difícilmente haya percibido y menos entienda. No es complicado mencionar que desde un punto de vista geopolítico para los EE. UU. los asuntos de Hispanoamérica pueden ser considerados de carácter doméstico, lo cual hace que las expectativas sobre la influencia China en Perú no estarán libres de serias complicaciones.
Perú enfrentará el desafío inevitable de encontrar el balance entre una influencia de carácter capitalista liberal, versus la influencia del capitalismo de Estado Chino, de valores asociados con la libertad individual occidental en actual crisis, versus el reconocimiento de fácticos valores culturales históricos trascendentes, y entre la lógica de una potencia marítima antigua versus la lógica de expansión de un poder continental milenario que hoy se lanza audazmente sobre los océanos.
Paradójicamente, ambas potencias están obligadas a interactuar con la lógica de Dina.
Fuente: CanalB
En lo que va del año el programa…
El empresario Juan de Dios Olaechea…
El presidente de la Autoridad…
El puerto de Chancay, proyectado…
En el marco de CADE Ejecutivos,…