Opinión

¿Protesta civil o revuelta de maleantes?; por Carlos E. Gálvez Pinillos

Publicado el 27 de octubre de 2025

Por Carlos E. Gálvez Pinillos, expresidente de la SNMPE


Ya se ha convertido en una constante, que alguna gente de filiación de izquierda o progre, se lance a la protesta asumiendo ser “la reserva moral” del país.

 

Ellos califican quiénes son los buenos y quiénes son los malos.

 

Ellos quieren decidir, qué le conviene al país, al margen de lo establecido en la constitución.

 

Ya ocurrió con Merino y, ahora, lo repiten con Jerí. Lo increíble es que, no quieren que el presidente del congreso suceda a la Sra. Boluarte, tal como manda la constitución. Ellos quieren que se elija entre los menos votados, esto es, a alguien de su grupo. ¡Qué manera de haber aprendido todas las mañas, para meterse por la ventana, cuando nadie los elige! Así, metieron a Sagasti y, ahora, quieren meter a Susel Paredes o alguien similar, que los represente… Aunque debo decir, que esa señora no representa a los peruanos de bien.

 

En esa línea, hablan siempre del derecho a la protesta civil y, claro que tienen derecho a tal protesta. Que se reúnan en las calles, en zonas y horarios que no perjudiquen a los demás. Que repitan sus arengas. Pero que no hagan uso de la violencia, so pena de ser reprimidos con la fuerza que el Estado deba aplicar para neutralizarlos.

 

La semana pasada, salió a las calles un grupo de manifestantes, entre los que había estudiantes, artistas y bastantes delincuentes.

 

Los dos primeros grupos, lejos de expresar sus ideas de protesta, se acercaron a los policías para ofenderlos, acusarlos de cómplices, amenazarlos y prometerles que violarían a sus hijas. Quién diría que unas señoras lavadoras de banderas, que se creen artistas, serían las amenazadoras más aguerridas.

 

En una segunda línea, venían los “estudiantes”, que lanzaban avellanas y ráfagas de pirotécnicos al cuerpo de los policías. Por supuesto, los “estudiantes” estaban protegidos con cascos y escudos, capuchas y muchos con caras cubiertas, para no ser identificados (ya en la víspera habían cortado la fibra óptica de 500 cámaras de video).

 

Por su lado, la policía, protegida con escudos plásticos, estaba quieta y alineada, pero me sigo preguntando ¿cuál era su misión? Estos pobres hombres, estaban expuestos como carne de cañón, tratando simplemente de defenderse de la agresión de la masa enardecida, que les lanzaba piedras y proyectiles contundentes que quebraban sus escudos. También lanzaban bombas molotov (esas que RMP dice que no son armas).

 

Además, por culpa de los alcaldes, quienes se han dedicado a adoquinar las calles, estas turbas ya no necesitan siquiera cargar las piedras, puesto que esos adoquines de su camino son los proyectiles (a eso le llamo división del trabajo y aumento de productividad).

 

Haciendo un recuento, hemos tenido 85 policías seriamente heridos, cerca de una veintena de civiles heridos leves y un fallecido.

 

Por supuesto, ahora todos culpan al policía que disparó al piso tratando de repeler a la turba que lo había masacrado y a los maleantes que lo perseguían.

 

Dos heridas, una de 14 y otra de 10 puntos en la cabeza, independientemente de las múltiples contusiones por la paliza recibida, no son cosa de juego.

 

Dos policías femeninas en moto, tiradas al suelo, las motos destrozadas y maleantes arengando que “maten al tombo caído”, mientras los tenían arrinconados contra una pared.

 

¿Para qué sacamos a la policía, si no van a poder hacer uso de la fuerza e imponer la ley y el orden?

 

¿Por qué no tenemos vehículos rompe manifestaciones nuevos y operativos?

 

Si los tuviéramos, no expondríamos físicamente a nuestra policía, no estarían expuestos a la agresión de la turba y la policía no necesitaría usar armas letales.

 

Si los jueces y fiscales pretenden penalizar a un policía que hace uso legítimo de la fuerza para controlar manifestaciones, sería conveniente que, en la próxima manifestación, salgan ellos a controlar a los manifestantes, llevándose una experiencia vivencial, a ver cómo les va…

 

Es importante redefinir el rol de la policía para atender estas manifestaciones. No es aceptable pretender que un ser humano salga a la calle a poner el pecho, por una sociedad que lo expone y lo deja a su suerte, con órdenes de no portar ni usar sus armas, mientras los insultan, apedrean y les lanzan proyectiles pirotécnicos.

 

Debemos dejar muy claro a la ciudadanía, que el policía es la autoridad y que, si se le agrede, la sociedad le va a aplicar la fuerza como respuesta.

 

En realidad, debemos alinear claramente las funciones, protocolos y procedimientos de la policía, jueces y fiscales, para estos casos.

 

Debe quedar absolutamente claro que, si el ciudadano protesta con uso de la violencia, se impondrá el orden por la fuerza, sin más discusión.

 

Por otro lado, los jueces y fiscales que liberen a esos delincuentes, deben ser destituidos de inmediato.

 

Si no es así, entraremos en anarquía.

 

 

 

Fuente: CanalB

Noticias relacionadas

Escribe un comentarios
Últimas publicaciones