Por Ántero Flores-Aráoz, publicado en La Razón
En últimas semanas he escuchado y leído, sobre la preocupación de algunos actores intelectuales y empresariales peruanos, respecto al avance de las inversiones chinas, que andan comprando grandes empresas establecidas en el Perú, tanto de capitales nacionales como extranjeros.
Los críticos preocupados expresan que el avance aludido puede tornarse peligroso por la gran concentración de capitales originarios de China, pero no mostraron similar preocupación cuando dichos capitales provenían de los Estados Unidos de América o de Europa.
Si los capitales chinos han entrado al Perú con inversiones en nuevos sectores de la Economía, pues en buena hora, ya que, si los inversores tradicionales se cruzaron de brazos y dejaron espacios vacíos, bien sabemos que ellos tienden a llenarse con lo que hay, y lo que hoy existe son los capitales chinos deseosos de poner pies en otras latitudes.
Las inversiones chinas en otros sectores económicos ya atendidos por capitales foráneos, es porque los inversionistas de otros países venden sus participaciones en el Perú. Los chinos no obligan a que les vendan, reciben ofertas de venta y hacen sus ofertas de compra, y si lo que están dispuestos a pagar es aceptado, simplemente cerrado el negocio y a llorar a Piedras Gordas, o si quieren ir lejos al “Muro de los Lamentos”. Recordemos por lo demás el aforismo “Los capitales no tienen patria ni religión”.
Hay que recordarles a los preocupados compatriotas y a los foráneos con intereses en el Perú, que ya no podemos seguir mirando a China como la patria del bodeguero de la esquina o del dueño del chifa cercano.
Hoy China es gran potencia mundial y el socio peruano más importante, integrando alianzas comerciales en que están las grandes ligas, como por ejemplo APEC, y en que se confunden países enormes como los Estados Unidos de América con países menores, con tendencia a medianos, como es el Perú.
Deng Xiaping fue el gran artífice del despegue chino, con su política una nación con dos sistemas, y que paulatinamente fue integrando áreas tradicionales y con notorio atraso a la China pujante de hoy, en que el presidente Xi sigue la misma línea conductual.
Hay que dejar de mirar a China como el país imitador, tal como lo fue Japón hacen varias décadas. Hoy China invierte muchísimo en investigación científica y tecnológica, nacionales chinos han ido a estudiar a las mejores universidades del mundo, produciendo bienes de óptima calidad. Habrá malos y regulares, por supuesto que si como en cualquier otro país, pero por lo general los bienes que hoy se fabrican en China son de primera calidad, tan es así que inundan los mercados del mundo.
Cuando comentamos lo señalado, hay quienes nos dicen que hay constructoras chinas que están incumpliendo con sus obligaciones en nuestro país. Si es así, que las escojan mejor en los procesos de selección y que las cláusulas-candado sean lo suficientemente onerosas, para no reírse en ellas. Igual hay constructoras nacionales incumplidas, pero también las hay serias como en todo el universo.
A otros les preocupa Chancay y dicen que los barcos de guerra chinos pueden presionarnos, pero olvidan que para ingresar a aguas peruanas con armas requieren de previa autorización, y si los chinos invirtieron en el Puerto de Chancay, es porque otros no lo hicieron. Hoy hay la posibilidad de hacer el nuevo puerto de Corio. ¿Se dormirán los gringos? Solo Dios lo sabe.
Fuente: CanalB
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