Por Hugo Guerra, publicado en Expreso
En medio de la degradación moral en la que ha caído la política peruana resulta una gran noticia la inscripción final del Partido Popular Cristiano (PPC) y su regreso oficial a la competencia electoral de cara al 2026.
Fundado el 18 de diciembre de 1966 por el maestro y amigo entrañable Luis Bedoya Reyes, desgraciadamente no logró salvar la valla electoral en los amañados comicios del 2021 y fue víctima de la traición ideológica de algunos de sus dirigentes como Marisol Pérez Tello, quien se convirtió en una caviar, absolutamente lejana del pensamiento social cristiano.
Hoy tiene la oportunidad de reencontrarse con sus raíces de liberalismo económico y conservadurismo social para ser, francamente, el partido anticomunista de derecha ideológica que sus fundadores quisieron.
El PPC renaciente tiene una deuda histórica, en efecto, con sus grandes exponentes aparte de Bedoya: Mario Polar Ugarteche, Roberto Ramírez del Villar, Ernesto Alayza Grundy, Felipe Osterling y Lourdes Flores.
A Lourdes, lamentablemente candidata frustrada, hay que reconocerle el mérito singular de ser la reconstructora del cambio y haberse convertido en la líder de diferencia por su trayectoria honesta y abnegada en la reconstrucción partidaria y su enfrentamiento personalísimo contra el régimen comunista del golpista Pedro Castillo. Con ella, precisamente, firmamos la denuncia constitucional, malamente interrumpida por el TC, contra el aprendiz de tirano por la barbaridad de ofrecerle salida al mar a Bolivia por territorio peruano.
Al actual presidente del PPC, Carlos Neuhaus Tudela (símbolo de la eficiencia profesional, pero lamentablemente sin mayor carisma personal) le toca conducir ahora al partido en un proceso complejo en el que es todavía una incertidumbre la estabilidad de Dina Boluarte y con elecciones previstas para el 2026 sin reglas claras. Habrá que ver si el PPC tiene capacidad y cuadros para correr solo o si deberá participar o encabezar una alianza como aquellas en la que destacó en el pasado: la Convergencia Democrática (1985), el Frente Democrático (1990), la Unidad Nacional (2001-2010), Alianza por el Gran Cambio (2011) y, Alianza Popular (2016).
Mientras se mantenga fiel a su doctrina, y no incurra en errores de cercanía con los caviares –criticada recientemente al propio Neuhaus por su innecesario dialoguismo con la izquierda– el PPC será una fuerza vital, serena y sanadora de la República en los grandes retos ad portas. Y eso hay que celebrarlo: ¡bienvenidos amigos al futuro gobierno y, sin duda, al Senado y diputados!
Fuente: CanalB
El exjefe del Comando Conjunto…
Robert Chalco, colaborador de…
El teniente general de la Fuerza…
El Perú se posiciona como líder…
El Perú ingresa oficialmente…