Opinión

Los desafíos del tránsito en Lima - Improvisación y caos; por Carlos E. Gálvez Pinillos

Publicado el 20 de mayo de 2024

Por Carlos E. Gálvez Pinillos, expresidente de la SNMPE


Coincido con el sentimiento de fastidio de toda la ciudadanía, respecto al desorden que crean en el tránsito la mayoría de motociclistas. Lima, al igual que muchas ciudades del Perú, está invadida de motos, pero el problema no es sólo el aumento de la población de motos, sino la imprudencia con la que se conducen y el irrespeto a los reglamentos de tránsito. Esto ha traído como consecuencia el malestar de los alcaldes, quienes piensan que deben hacer algo al respecto.

 

Las motos no respetan los carriles adecuados, invaden y se trasladan de un carril a otro.

 

Cuando quieren se colocan a media pista y a la velocidad que se les antoja, en otras ocasiones van entre carriles, transitando entre los autos, creando así situaciones de alto riesgo y peligro.

 

Dicho esto, la moto es un vehículo de bajo costo de adquisición, bajo costo de operación y que ahorra muchas horas-hombre, por eso, ya tenemos en el Perú tantas motos como automóviles y aumentan a razón de 330 mil motos/año. (Fuente: Entrevista a Edwin Derteano).

 

Todas las inconductas de los “moteros”, por supuesto que requieren ser controladas y sancionadas. No sólo eso, sino que entre la altísima población de motos existentes se mezclan delincuentes, quienes aprovechan de este caos para robar, ir observando posibles víctimas descuidadas o aturdidas por la tensión del alto tránsito y, esto, genera sensación de inseguridad.

 

No está bien que la municipalidad de Lima, haya prohibido el tránsito de motos por la Costa Verde, usando la inadecuada denominación de “Vía Expresa”, esto es, falseando la verdad. En la Costa Verde hay cerca de 20 restaurantes, 4 clubes, 1 grifo, vueltas en “U” y paradas en las distintas playas, semáforos y rompemuelles, además de tener límites de velocidad de hasta 40 Km/h en ciertos tramos. ¿Qué vía expresa es esa?

 

A pesar de todas las molestias comentadas respecto a las motos, ese no es el camino adecuado para mejorar el tránsito de Lima, pues tiene algunos efectos contraproducentes:

  • La Costa Verde, que no es una ruta tan saturada de vehículos como sí lo es el resto de Lima, se verá temporalmente aliviada, pero a costa saturar aún más todas las vías, ya colmatadas, de los distritos que discurren desde el Callao hasta Chorrillos.
  • Mucha gente, particularmente joven y de escasos recursos, que trabaja en la propia Costa Verde, se ve imposibilitada de usar su medio de transporte.
  • Todos los circuitos de los distritos, para los que la Costa Verde es un “aliviadero”, se verán más saturados, con el malestar generalizado de la población.
  • Con esta prohibición absurda, se está fomentando que se siga rompiendo el principio de autoridad y se aumente la corrupción.


El problema se genera porque nadie quiere tomar al toro por las astas y plantear soluciones definitivas. La municipalidad de Lima debe buscar soluciones más inteligentes, antes que falsear la verdad y plantearse, junto con la ATU (Autoridad de Transporte Urbano) algunas opciones:

  1. Si hoy los ómnibus del Metropolitano y las diversas líneas oficiales, junto con la línea 1 del tren eléctrico, sólo atienden el 8% de la demanda de transporte, se debe, cuando menos, duplicar la flota de ómnibus del Metropolitano y las diferentes líneas concesionadas, usuarias de los carriles exclusivos, así como aumentar los vagones de la línea 1, hasta que contemos con la habilitación de las distintas líneas del Metro de Lima.
  2. Esa medida reduciría, como consecuencia, el tránsito de combis y colectivos, que hoy, saturan las calles de la ciudad y que debieran ser reemplazados por ómnibus.
  3. Obviamente, este esfuerzo requerirá financiamiento y, para eso, sugiero el cobro de un peaje por el uso de las vías expresas Javier Prado y Luis Bedoya, al igual que las del ingreso al centro de Lima, restringiendo así, el transporte particular en el Centro Histórico de Lima.
  4. Se deben reestructurar todas las ciclovías de Lima. No es posible que, sin contar con un transporte público adecuado, hayamos “manu militare”, reducido drásticamente (en muchos casos a la mitad) las vías disponibles para el tránsito automovilístico. El caso de Barranco es patético, 40 minutos para transitar 2.5 Km en las noches de fin de semana.
  5. Las ciclovías no deben estar tan próximas a las vías para autos y se debe minimizar las interferencias de bicicletas con autos, que es la causa principal de accidentes.
  6. De ser posible, las ciclovías deberían estar en los jardines centrales de las avenidas y obligar su uso, prohibiendo, en esos casos que usen la calzada.
  7. Creo que debemos contar con soluciones que inviten al uso de bicicletas, pero eso debe ser un trabajo bien planificado, pues hemos pintado pistas para usarlas como ciclovías, que resultan muy poco utilizadas y, a cambio, hemos “estrangulado” las vías para autos, creando un mayor caos y saturación vehicular.


Todo lo dicho tiene un costo importante y requiere de la convocatoria de especialistas en transporte, que no tenemos en el Perú, pero no podemos seguir siendo la ciudad con el tránsito más caótico del mundo y quedarnos de brazos cruzados.

 

 

 

Fuente: CanalB

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